lunes, 1 de marzo de 2010

Carlos Montemayor

Ayer murió Carlos Montemayor.

En la Jornada escribieron un requiem colectivo.

Pero el escrito por él, es el más elocuente.

Ese que escribe sobre la muerte de su amigo poeta Tito, muerto hace un mes. Es su requiem. Lo hizo en la cama, luego de sus curaciones, luego de una noche cercana al día que dejó de estar sin dejar de ser.

Toda la poesía de este instante no llena la fina sensibilidad de lo que hizo con nosotros. Pero sí da forma a lo que ahora estamos haciendo con él, conmigo, con su idea, con la esencia de ser dejando de estar.

Al leerle navego por su mente, me presta sus ojos y su voz, su apreciación, su profunda mirada, sus palabras, nuestras palabras.

Su gusto por la clandestinidad que tanto encontró y toco con especial tacto.

Hace mil años que dejaste de estar sin dejar de ser.