jueves, 17 de julio de 2008

El conflicto político en la UdeG

Extraído de la revista Proceso por suscripción de la Universidad de Guadalajara para fines estrictamente educativos.

Los Padilla “no son la universidad”

Felipe Cobián R.

Fecha: 12-Jul-2008 No. Publicación: 1654

La fractura en el poderoso Grupo UdeG que encabeza Raúl Padilla es inminente. Las primeras señales de ello las ofrece en entrevista con este semanario el rector Carlos Briseño. “Raúl es un exrector y las decisiones en la universidad las tomo yo”, dice. “Por nuestros actuales roles” la relación ha sufrido “cierta mella”, acepta. “Tenemos muchas coincidencias pero también muchas diferencias”, revela. Y en otro punto que ahondará las fricciones al interior de ese grupo, anuncia que no descarta buscar la gubernatura del estado en 2012.

“Yo soy el rector. Nadie está atrás de mí; nadie me regaló la rectoría. Raúl Padilla no maneja al rector ni toma decisiones por mí”, afirma Carlos Briseño Torres cuando el reportero hace alusión al poder que aún ejerce ese exrector en la Universidad de Guadalajara (UdeG).

En entrevista con Proceso Jalisco realizada el miércoles 2 en su despacho de la Rectoría General de la institución, Briseño puntualiza, a pregunta expresa:

–No creo que Raúl Padilla pueda regalar rectorías.

–Pero él es quien quita y pone aquí, ¿no?

–Ese es un mito que se ha generado. La influencia de Raúl es considerable, pero no a ese grado.

A Carlos Briseño se le comenta que desde hace tiempo Padilla preside 12 organismos descentralizados de la universidad, como la Feria Internacional del Libro, la Cátedra Julio Cortázar y el Centro Cultural Universitario, entre otros, y que, así mismo, tiene de su lado a la mayoría de los integrantes del Consejo General Universitario.

–¿Lo anterior no convierte a Padilla en el poder detrás de la Rectoría? –se le pregunta.

–Él ejerce gran influencia en muchos universitarios que lo consultan y escuchan sus opiniones. Por su trabajo ha ganado muchísimos espacios y creo que la mayor parte de éstos los desempeña de manera eficiente. Sin embargo, esto no lo convierte en el poder detrás del trono.

–¿Nunca lo ha sido?

–No desde que soy rector general de la UdeG, y quiero que eso quede muy claro.

–¿Ha habido fricciones entre ustedes?

–Raúl es mi amigo. Lo aprecio, lo escucho y valoro sus opiniones, pero para bien o para mal yo tomo mis propias decisiones.

–¿Eso ha provocado conflictos?

–Digamos que nuestra relación ha cambiado.

–¿A qué se debe ese cambio?

–Ahora yo soy rector y él es exrector…

–¿Padilla ejercía una tutela que los otros rectores no pudieron sacudirse?

–Eso habría que preguntárselo a ellos. Yo sé bien cuál es el rol que debo desempeñar y para el cual fui electo por el Consejo General Universitario. Tengo muy claros mis compromisos con la comunidad universitaria; estoy cumpliendo con creces y he obtenido buenos resultados. Me lo han dicho muchos universitarios personalmente y por correo electrónico. Lo puede atestiguar la sociedad jalisciense. He sido transparente, rindo cuentas. Por más que me la busquen, no tengo cola que me pisen. Actúo con honestidad y me puedo equivocar, pero nunca obro de mala fe.”

–Deslindarse de la tutela de Padilla ¿no ha provocado que le quieran mover el tapete?

–No siento que nadie me mueva el tapete ni quien me lo pueda mover. Mi tapete está bien seguro. Los resultados de mi gestión son evidentes y si eso a algunos les genera celo es problema de ellos.

–Ahí se manifestó ese agrietamiento de las relaciones entre la rectoría y Raúl Padilla…

–Yo no sé si esa interpretación sea la correcta; habrá que preguntarle a ellos. Como exrectores tienen un importante sitio en la universidad.

–Pero se evidencia esa división, se nota ese enfrentamiento…

–Como en toda institución compleja y grande como la Universidad de Guadalajara hay diferentes puntos de vista y eso no debe ser motivo de sorpresa. Las unanimidades son sospechosas.

–¿El Carlos Briseño de ahora ya no admira como antes a Raúl Padilla?

–No es la misma relación; sigue siendo de afecto, de muchas coincidencias, pero también de muchas diferencias. Digamos que el paso del tiempo y los roles que jugamos ahora él y yo sí han hecho cierta mella en nuestra relación.

“Nadie me mueve de aquí”

Para el rector de la UdeG, esta institución no necesita de “hombres fuertes”. Y advierte: “Yo no aspiro a convertirme en el hombre fuerte”.

Sin embargo, añade: “A mí nadie me mueve el tapete, voy a terminar mi período. No voy a ser candidato en 2009, pero sí pienso en 2012. Concluiré mi gestión porque estoy haciendo bien las cosas. Camino con seguridad, cumplo con creces y estoy dando buenos resultados. Soy honesto, no me robo el presupuesto y tengo derecho a cosechar los frutos de mi trabajo”.

–¿Cómo son sus relaciones con Emilio González Márquez?

–Él dijo que éramos de la burguesía dorada y nosotros que ellos pertenecían al Yunque. Sin embargo, ganaron y con la realidad no te puedes pelear, y si lo haces corres serios riesgos… Hemos llevado una relación tranquila, en paz, constructiva… Soy amigo de Emilio. Me distingue con su amistad.

Según Briseño, a pesar de sus errores el gobernador es un hombre “bien intencionado”. “Emilio –afirma– es honesto. A diferencia de varios panistas que conozco, no se ha enriquecido con el cargo que desempeña. Ya quisieran muchos panistas ser como Emilio. Lo digo con franqueza. Eso lo creo, es mi convicción”.

–¿Lo dice por franqueza o por conveniencia?

–Por franqueza. Emilio es un tipo bien intencionado, decente. No todos en el PAN pueden presumir las credenciales de Emilio, no obstante sus errores. En lo personal no es un tipo corrupto y sí hay muchos panistas corruptos. Los hemos visto a diario. Nuestra relación ha sido de respeto. Necesitamos recursos pero eso no ha sido motivo para que no seamos críticos cuando ha habido necesidad de serlo en torno a diversos temas.

–Pero usted o su gente han evitado que se le critique. Ahí está el caso de Enrique Sánchez Ruiz… (Ruiz renunció al cargo de ombudsman de medios de la UdeG a raíz de que el vicerrector de la institución, Gabriel Torres, le pidió que suavizara el tono de sus recomendaciones a los medios universitarios, a los que Ruiz reconvino por no haber cubierto un acto en el que el gobernador fue abucheado por un grupo de estudiantes).

–Eso no es cierto. Yo no evité nada, ni tuve que ver en eso. En su momento se aclaró que la situación del defensor de las audiencias universitarias de los medios universitarios fue un malentendido. No me interesa influir en la línea editorial o contenidos de los medios universitarios.

El rector sostiene que quienes insultaron al gobernador en Lagos de Moreno no forman parte de la comunidad universitaria.

“Adentro de la Preparatoria Regional estábamos más de 500 universitarios escuchando y tratando con respeto al gobernador, que fue nuestro invitado a inaugurar una biblioteca universitaria. Afuera estaban 10 o 15 miembros del Centro Universitario que está enfrente, a quienes seguramente alguien organizó y los mandó a que profirieran insultos personales lamentables. Un miembro de la comunidad universitaria no se comporta de esa manera”, asegura Briseño.

–Eso provocó la salida del ombudsman de medios de la UdeG y el nombramiento de uno ajeno a la comunidad universitaria –José Luis Vázquez Baeza, director de la Escuela de Periodismo Carlos Septién, de la Ciudad de México–, cuando la universidad tiene gente muy preparada.

–El defensor de las audiencias universitarias se fue porque quiso. Nadie lo corrió, él me mandó una carta…

–Se fue como protesta. Que la carta no lo diga es otra cosa…

–Entonces, ¿quiere decir que él no dice lo que piensa o que miente? La carta que me envió personalmente por correo electrónico mi amigo Enrique Sánchez Ruiz dice: “Derivado de este incidente me he visto envuelto en circunstancias que han disparado mi presión arterial. El médico me recomienda que deje de hacer estas cosas”. Ni modo que yo le pida que siga como ombudsman con la presión arterial alta para que le dé un infarto. Inmediatamente le acepté la renuncia. A él nadie lo corrió. Ni siquiera le sugerimos que se fuera. Decidió irse porque se le subió la presión arterial.

–O nunca se creyó que iba a ser, hasta cierto punto, respondón.

–Lo conozco desde hace 30 años. Cuando se le invitó sabíamos perfectamente cuáles son sus características. Si decidió irse yo lo respeto y sigue siendo mi amigo, y se nombró a otro que no tuviera problemas para interpretar correctamente desde una perspectiva externa lo que sucede en Jalisco y en la Universidad.

En cuanto al tema de los medios universitarios, Briseño Torres asegura que la universidad destina a este rubro alrededor de 30 millones de pesos. No se trata, sostiene, de un gasto, sino de una “inversión”. Además, hace hincapié en que la universidad desarrolla proyectos de difusión mediante Radio Universidad de Guadalajara, la Gaceta Universitaria y su portal de internet.

Pero ese aparato de medios con que cuenta la UdeG, que es tanto o más grande que el del gobierno estatal, ha sido utilizado para realzar la imagen del rector, quien aspira a gobernar la entidad en el 2012.

–¿Podría pensarse que el rector anda en campaña política?

–La universidad ya contaba con ese staff y ese equipo de medios desde antes que yo llegara a la rectoría.

–Pero ahora, ¿no se canalizan demasiados recursos a ese fin?

–Ahora se hace un uso más eficiente de esa infraestructura de medios.

–¿A favor del rector?

–A favor de la institución y de sus proyectos. Ahora, yo soy el rector, soy la cabeza institucional y me toca estar al frente de los esfuerzos realizados por la comunidad. Soy el funcionario que da la cara a los medios, y a través de éstos ante la sociedad. En el pasado hubo otros rectores que no aprovecharon esa circunstancia. Asunto de ellos…

Bienvenidas las auditorías

Hasta ahora, la máxima autoridad de la UdeG –el Consejo General Universitario (CGU), conformado por rectores de todos los centros de educación superior, académicos y estudiantes de la entidad– no ha sesionado para tratar el tema del presupuesto. Según fuentes universitarias, alrededor del 90% de los integrantes de este Consejo son afines a Padilla López.

–¿Cuál es el motivo por el que la rectoría no ha convocado al Consejo para discutir el presupuesto ampliado, que suma casi 7 mil millones de pesos? La convocatoria ya se retrasó tres meses –se le plantea a Briseño.

–La discusión del presupuesto no se ha realizado porque no contamos con la totalidad de los recursos. Además, fue necesario hacer ajustes a la nómina, pues sólo se autorizarán plazas de nueva creación que estén plenamente justificadas. No ocurrirá lo que sucedía en el pasado, cuando éstas se creaban sin sustento financiero. Por eso nos hemos tardado un poco.

–¿Se trata de una cuestión de orden?

–Sí, de orden administrativo.

–¿Es posible decir que antes había desorden?

–No lo quisiera decir con esas palabras. Hemos realizado ajustes para que haya mayor control. Anteriormente la Dirección de Finanzas tenía una nómina y Oficialía Mayor otra. Había discrepancias y sólo unos cuantos conocían la información precisa. Ahora todo mundo podrá saber cuánto cobra cada quien.

–¿Su administración destinará más recursos a la educación que a obras secundarias como el Centro Cultural Universitario y el Auditorio Metropolitano Telmex promovido por Padilla?

–La prioridad será dar cabida a los estudiantes y que haya menos rechazados en todos los niveles. Así mismo, buscaremos el fortalecimiento de la infraestructura académica, y la investigación científica contará con un fondo estatal.

Para el rector, en su administración serán “bienvenidas” las auditorías estatales o federales. “No les pondremos obstáculos”.

–¿A qué se debe ese cambio? En el pasado –como secretario general de la UdeG en el sexenio pasado y antes como consejero–, usted era de los opositores más férreos a cualquier fiscalización.

–Nos oponíamos a que ésta se realizara en un esquema de golpeteo político en el que había poca certeza de que los mecanismos de control se enfocaran en realidad a detectar irregularidades. Estos sistemas anacrónicos se han ido superando y en la actualidad hay mejores condiciones.

–¿La UdeG cuenta con recursos suficientes para pensiones y jubilaciones?

–Hay un fondo de pensiones que a partir de 2013 se hará cargo del pago de éstas: se está consolidando y cuenta con 2 mil 600 millones de pesos. Para su integración los trabajadores aportan 7% y la universidad otro 7%. Se espera que en tres años la aportación de los trabajadores sea de 10%. En la actualidad, la nómina de jubilados es muy costosa y la universidad no cuenta con la totalidad de los recursos para pagarla. En 1998 ascendía a 67 millones de pesos y actualmente es de 467 millones de pesos que se amortizan con gastos de operación.

Autodestape

El reportero le recuerda a Briseño que los hermanos Raúl y Trinidad Padilla no acudieron al evento –efectuado el 17 de abril pasado– en que presentó su primer informe, a lo que el rector responde que esas ausencias no le preocupan mayormente, pues aunque los Padilla son importantes, dice, no son la universidad.

–Fue muy notorio que no hayan asistido –se le insiste.

–Fueron invitados y desconozco la causa por la que no vinieron. Yo los invité en su calidad de exrectores.

–¿El rector está firme, seguro?

–Sí. 2009 no es un año electoral para mí, pero no descarto 2012, no tengo por qué descartarlo; además, priistas, panistas, perredistas y ciudadanos comunes y corrientes mencionan mi nombre como prospecto para ocupar diversos cargos. Eso me halaga, pero seré cauto y esperaré a 2012. Cuando llegue el momento tomaré las decisiones que considere adecuadas.

–¿Aspira a convertirse algún día en otro Raúl Padilla?

–No, jamás. Esta universidad debe consolidar su institucionalidad y los universitarios deben resolver y decidir sus propios asuntos, sin hombres ni mujeres fuertes. Debe contar con una comunidad vigorosa en la que haya académicos bien preparados y estudiantes con espíritu crítico, conscientes y participativos.

–¿Quién debe manejar la universidad: un académico o un político?

–Creo que las universidades deben ser manejadas por los mejores hombres y mujeres de las casas de estudios con formación académica, pero que también tengan oficio político.

–¿No es mejor que sean académicos?

–Sí, pero deben contar con experiencia política. Cuando me reúno con grupos para lograr acuerdos, estoy haciendo política. No es fácil dirigir comunidades tan complejas como la universidad.